En la lucha contra el cambio climático, reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) es crucial. La tecnología de captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS) se ha convertido en una herramienta prometedora para mitigar el impacto ambiental de las industrias, permitiendo capturar el CO₂ antes de que llegue a la atmósfera y, en algunos casos, reutilizarlo o almacenarlo de manera segura.
¿Qué es CCUS?
El CCUS engloba tres procesos:
Captura de CO₂: El CO₂ es extraído de las emisiones industriales, como las de plantas de energía y refinerías, mediante métodos como la post-combustión, pre-combustión y oxy-combustión.
Uso del CO₂: Una vez capturado, el CO₂ puede ser utilizado en diversas industrias, como la producción de combustibles sintéticos, productos químicos o incluso en la agricultura para incrementar el rendimiento de cultivos en invernaderos.
Almacenamiento geológico: El CO₂ se inyecta en formaciones subterráneas profundas, como acuíferos salinos o yacimientos agotados de petróleo, donde se mantiene durante miles de años, evitando su liberación al medio ambiente.
El rol de CCUS en la descarbonización
El CCUS es vital para reducir las emisiones de sectores industriales difíciles de electrificar, como la cementera y la química. La Agencia Internacional de Energía (AIE) señala que, sin esta tecnología, alcanzar las metas de cero emisiones netas de carbono para 2050 sería mucho más complicado. Además, el CCUS podría facilitar la producción de hidrógeno "bajo en carbono", una pieza clave en la transición energética.
Desafíos y oportunidades
Aunque el CCUS ofrece grandes beneficios, enfrenta desafíos como los altos costos de instalación y la infraestructura necesaria para el transporte y almacenamiento del CO₂. Además, la aceptación social y la seguridad en los sitios de almacenamiento subterráneo siguen siendo puntos críticos.
Sin embargo, con avances tecnológicos y el apoyo adecuado de políticas públicas, el CCUS puede convertirse en una herramienta esencial para alcanzar las metas climáticas globales, reduciendo significativamente las emisiones industriales y abriendo nuevas oportunidades económicas, como la producción de combustibles sintéticos o el reciclaje de CO₂.
Un futuro con CCUS
A medida que la urgencia climática aumenta, el CCUS juega un papel clave en la descarbonización. A pesar de los retos, su potencial para mitigar las emisiones de CO₂ lo convierte en una pieza fundamental para lograr un futuro más sostenible. Con el impulso adecuado, será una de las tecnologías más importantes para frenar el cambio climático y crear una economía circular de bajas emisiones.