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July 10, 2024

El hidrógeno: la eterna promesa de los combustibles alternativos

El hidrógeno es la eterna promesa de los combustibles alternativos a aquellos fósiles y emisores de gases de efecto invernadero. A pesar de su enorme potencial, se trata de un combustible difícil de obtener, pues no se encuentra de forma aislada en la naturaleza. ¿Es viable un modelo energético basado en este elemento?

 

La panacea de los combustibles alternativos

 

El hidrógeno puede almacenarse en estado gaseoso o líquido y distribuirse a través de gasoductos, pudiendo ser un sustituto del gas natural, y no emite gases de efecto invernadero en su combustión. Entonces, ¿cómo es posible que no se haya convertido ya en la alternativa estrella en nuestro camino hacia un modelo energético sostenible?

 

El problema hay que buscarlo en el coste y en la dificultad de producción. Para empezar, a pesar de ser uno de los elementos más abundantes de la Tierra, el hidrógeno no es fácil de obtener, pues no se encuentra de forma aislada en la naturaleza, sino que se genera a partir de otras sustancias que lo contienen, entre ellos el agua, el carbón y el gas natural.

 

La forma ideal de producirlo sería obtenerlo directamente del agua, para lo cual sería necesario llevar a cabo un proceso denominado electrólisis, que consiste en la descomposición de las moléculas de agua (H2O), en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2). Sin embargo,generalmente es este un proceso costoso para el que se necesita mucha energía eléctrica —que en la mayoría de los casos no procede de fuentes renovables—para alimentar los electrolizadores.

 

La dificultad para obtener hidrógeno 100% limpio ha llevado a los productores a clasificar el producto resultante en función de su valor sostenible. De este modo, el hidrógeno “gris”, el más utilizado actualmente es el menos respetuoso con el medio ambiente, pues su generación sigue requiriendo de combustibles fósiles.

 

Como alternativa, el hidrógeno “azul” o bajo en carbono sigue requiriendo de combustibles fósiles, pero emite menos carbono, pues este se retira con un método llamado ‘captura y almacenamiento’.

 

La opción más ecológica es el hidrógeno “verde”, producido a partir de energías renovables, una alternativa 100% sostenible que, sin embargo, es la menos común del mercado.